miércoles, 19 de junio de 2013

"Florecen los míos; se riegan los tuyos"


Y nada más le vale
a este Sol que sale,
que verte reír,
verte disfrutar;
que verte feliz,
verte olvidar.

Y a mí tan sólo me vale
que el Destino haga su presencia.
Aunque carezco de paciencia
y el tic-tac de las agujas me tienta,
aguantaré lo que me venga,
porque a mi sólo me vales tú.
Y nada más me vale.

Me quedo con esos momentos;
cuando me coges de la mano,
cuando sólo te miro y callo,
cuando me abrazas en el salón,
cuando le echas de la habitación.
Y siento,
que florecen mis sentimientos,
mientras se riegan los tuyos.

Y aunque no sea tu último pensamiento al acostarte,
me consuela ser lo primero que ves al despertarte.





domingo, 28 de abril de 2013

"Una historia incierta, que busca la certeza"

RESUMEN
[...]
Y Zoé lo dejó todo. Destruyó su presente para formar su nuevo futuro, incierto, con él.
Aquel con el que había compartido su vida, se le quedó pequeño. La libertad que le prometieron le sacó ventaja a los barrotes en los que se encontraba.
Y le dejó.
Y la pasión, se convirtió en cariño, y posteriormente, en amor. Eso decía.
[...]
Pero el sueño tenía que terminar. Y despertó. Y lloró. Quería otro final para su sueño; pero sabia que aun no era el momento.
Pasaban días, semanas, meses. Y ella intentó encontrar consuelo entre las piernas de otros hombres. Y buscó, mucho. Recorrió lunares, espaldas, miradas, labios. Pero no encontró lo que buscaba, porque lo buscaba a él.
Y desistió. Y la pesadilla comenzó, con un retraso de varios días.
[...]
Y tras nueves meses, nació una niña, fruto del placer de dos personas jugando a polis y cacos.
No me quites las esposas, que voy a estar atada el resto de mis días.
[...]

martes, 23 de abril de 2013

Un tesoro que he encontrado

¿Por qué decido escribir sobre esto?
    Para no olvidar nunca esta sensación que tengo. Por muchos meses o años que pasen.
Esa sensación a la que me refiero, es sentirme realizada y orgullosa de mí misma, después de ver este fin de semana, esa sonrisa en tu cara. Una sonrisa continua, que es lo mejor. Porque te he hecho sonreír, disfrutar, divertirte. Igual que tú a mí.
    Que tu hermanito es un solete, y que tus padres son los mejores padres del mundo. Todos un encanto. Y tú, qué decirte, si eres lo más bonito que he visto; que contigo estoy super agusto, y que las horas se me pasan volando. Tienes un hueco en mi vida, que no sé cómo lo has hecho, pero así es, y me encanta. Empezaste siendo un simple "amarillo" en mi vida, y te has convertido en un amigo, al que necesito conmigo, en mis buenos y malos momentos; sobretodo en los buenos, porque los malos sabes que prefiero comérmelos yo solita. 
    Decirte que te quiero, que siempre voy a estar ahí; que me consideres uno de los muchos hombros en los que te puedes apoyar. Que sin darte cuenta, a mí me has ayudado muchísimo  y me siento en deuda. Que las palabras se quedan cortas. Y que gracias por ser mi guía turístico (ya soy medio lorquina ^^). Y como dijiste: "Espero que nuestra amistad dure más que un libro de poesía."

Por último, decirte que me encanta ver esa sonrisa, y esa mirada nueva.

En Alicante, siempre habrá una personita que se acuerda de ti. 

Te quiero,

miércoles, 27 de febrero de 2013

Brujas disfrazadas de princesa


Ya no tenemos edad para creer en cuentos con final feliz, ni en príncipes ni princesas que viven en palacios y viven felices y comen perdices. Ya tenemos la suficiente experiencia en la vida. O sí.
Quizás sí existen príncipes y princesas, e incluso hadas madrinas. De éste último estoy completamente segura. Quizás sólo haya que saber diferenciar entre princesas y brujas disfrazadas de princesa.  Y tengo mi teoría para esto.
Dejar claro que princesas hay muy pocas; y brujas, demasiadas. Pero son fáciles de diferenciar; sólo hay que tratar con ellas para reconocerlas. Principalmente, las brujas, aún ocultas bajo un vestido deslumbrante y una cara bonita, no pueden ocultar esa tipica berruga en la punta de la nariz. Eso es lo primero que nos advierte de que no son de fiar. Luego, con simples conversaciones, ya nos percatamos también de que no nos harán bien en nuestra vida, que no nos traeran más que una manzana envenenada y problemas; problemas, por supuesto, evitables, ya sabiendo todo esto. Y por otro lado, esas auténticas princesas, que sólo con verlas ya te hacen sentir agusto con su presencia, que te generan confianza, y alegría. Tienen esa cara dulce e inocente, típica de princesa de cuento. Y ya no es sólo la apariencia, sino lo que te demuestran con el tiempo, pues siempre estarán ahí, para alegrarte un día, para escucharte y seguir teniendo esa sonrisa que te dice entre dientes: "No te preocupes, estoy aquí, todo va a ir bien". Como he dicho, princeas hay pocas, pero existen, y orgulloso debe sentirse quien se cruce con una de ellas.
En cuanto a las hadas madrinas, todos tenemos una. Y aparecen en el momento oportuno, cuando las necesitamos, aparecen, ofreciéndonos llaves de puertas que no podíamos abrir, porque anteriormente habíamos tirado la llave, sin saber que posiblemente más tarde nos podría hacer falta. Pero ella está ahí, para recoger cada llave que tiramos, y ofrecernosla cuando la pedimos.
Existen los finales felices. Sólo tenemos que escribirlos. Albert Espinosa decía en un libro: "Cree en los sueños, y ellos se crearán". Otra persona importante en mi cuento (cada persona tiene su  cuento, y los personajes que quiere que estén en él), un poeta, que me dijo un día: "Hasta que el protagonista muera". El protagonista nunca desaparece de un cuento, porque sino, el cuento se acaba, y recordemos que siempre buscamos el final feliz. De los cuentos, únicamente desaparecen las brujas, los malos personajes, que son desterrados del cuento (sin oportunidad de volver), por el protagonista, claro está, pues es el héroe de la historia; el que consigue el final feliz del cuento. Siendo feliz él, y siendo felices, por consiguiente, el resto de personajes buenos.  Todo metafóricamente hablando.
En mi cuento, ya sé a qué personajes quiero a mi lado.  :)